Catholic Diocese Tucson

CATHOLIC OUTLOOK 13 JANUARY 2020 Este es el octavo artículo de una serie de ocho En la Carta pastoral contra el racismo de noviembre de 2018, Abra- mos nuestros corazones, los obispos católicos de los Estados Unidos instan a todos los católicos a recon- ocer “el flagelo del racismo” que todavía existe en nuestros corazones, palabras, acciones e instituciones. El racismo puede ser individual, cuando las personas no reconocen a ciertos grupos como creados a imagen de Dios e iguales en dignidad, o puede ser sistémico, cuando las prácticas o políticas tratan a ciertos grupos de personas injustamente. Un ejemplo de racismo sistémico es la falta de acceso al voto para algunas comuni- dades de color. La Iglesia enseña que todas las personas tienen tanto el derecho legal como la responsabilidad de que su voz sea escuchada en la plaza pública para promover la dignidad humana y el bien común de la sociedad. Como personas de fe, tenemos la obligación de ayudar a moldear el carácter moral de la sociedad mediante el voto y otros actos de participación pública. También debemos actuar para ase- gurar que el derecho al voto esté protegido para todos los ciudadanos. Para muchas minorías en los Esta- dos Unidos, este derecho ha estado a menudo amenazado. Hace sesenta años, la Comisión de Derechos Civiles de los Estados Unidos documentó una historia de discriminación generalizada contra las minorías en todos los aspectos del voto, pese a la Decimoquinta Enmienda de 1870 que prohíbe negar a los ciudadanos el derecho a votar debido a “raza, color, o condición anterior de servidum- bre”. Desde la década de 1870, las amenazas de violencia y la violencia real, espe- cialmente en el Sur, se habían uti- lizado para desalentar a los af- roamericanos de votar. Funcionarios del gobierno se oponían abiertamente al voto de las minorías. Por ejemplo, el senador federal por Mississippi Theodore Bilbo pidió a los hombres del Ku Klux Klan que visitaran a los afroamericanos la noche anterior a las elecciones para enviar un mensaje de que no debían intentar votar. Los “poll taxes” o impuestos de capit- ación se convirtieron en parte del sistema electoral en muchos estados, y para poder votar los medieros po- bres tenían que pagarlos. Las pruebas de alfabetización fueron otro intento sistemático de negar a los votantes el acceso a la cabina de su- fragio: en los estados donde las oportuni- dades educa- tivas para las minorías eran muy limitadas, muchos af- roamericanos estaban poco o nada alfabet- izados. Algu- nas de estas pruebas esta- ban diseñadas para que nadie pudiera apro- barlas, como las demandas de recitar toda la Constitución de los Estados Uni- dos o contar las burbujas de una barra de jabón para demostrar habilidades matemáticas. Históricamente, el “ger- rymandering”, la práctica de volver a trazar los límites de los distritos electorales, se utilizó para suprimir el voto afroamericano. Estas injusticias impulsaron la Ley de Derechos de Voto de 1965, que inicialmente logró eliminar muchas de las barreras al voto de las mi- norías. Sin embargo, un informe de 2018 de la Comisión de Derechos Civiles de los Estados Unidos detalla una disminución en la aplicación de la ley. El informe sugiere que los latinos, los nativos americanos y los afroamericanos están enfrentando nuevas barreras para votar. Algunas voces católicas están expresando preocupación por las leyes de identi- ficación de votantes vistas en muchos estados en los últimos años. La Conferencia Católica de Maryland se opuso a una propuesta legisla- tiva de este tipo en 2017, que “haría más difícil el voto para las personas discapacitadas, los ancianos y los pobres”, quienes “ya han establecido su identidad a través del registro de votantes”. Las conferencias católicas estatales también han expresado sus posicio- nes sobre otras cuestiones relaciona- das con el acceso al voto, entre ellas la práctica del gerrymandering y la restauración de los derechos al voto. Otros plantean inquietudes sobre las restricciones al voto anticipado, la falta de oportunidades de inscrip- ción local y accesible y de centros de votación en las circunscripciones (especialmente en el Sur y en las reservas de nativos americanos) y las purgas ilegales de listas de votantes, que afectan de manera desproporcio- nada a los votantes afroamericanos y latinos. Uno de cada diez latinos ha sido acosado en centros de votación. Hoy en día, siguen existiendo demasiadas barreras al derecho al voto de las minorías. En respuesta, estamos llamados a trabajar para asegurar que todos puedan ejercer sus derechos, como ciudadanos fieles, para elevar sus voces en la plaza pública. “El racismo sólo puede terminar si nos en- frentamos a las políticas y barreras institucio- nales que perpetúan y preservan la desigual- dad - económica y social - que aún vemos a nuestro alrededor”. – Obispos de los EE.UU ., “Abramos nuestros corazones” Oremos con San Juan Pablo II “Señor Dios, Padre nuestro, tú has creado al ser humano, hombre y mujer, a tu imagen y semejanza y has querido la diversidad de los pueblos en la unidad de la familia humana; sin embargo, a veces, la igualdad de tus hijos no ha sido reconocida, y los cristianos se han hecho culpables de actitudes de marginación y exclusión, permitiendo las discriminaciones a causa de la diversidad de raza o de etnia. Perdónanos y concédenos la gracia de poder curar las heridas todavía presentes en tu comunidad a causa del pecado, de modo que todos podamos sentirnos hijos tuyos”. (Oración universal en la Jornada del Perdón) Copyright © 2018, United States Conference of Catholic Bishops. Todos los derechos reservados. Este texto puede reproducirse en su totalidad o en parte sin alteración para uso educativo sin fines de lucro, siempre que dichas reim- presiones no se vendan e incluyan este aviso. Todas las fotos © iStock Photo. Modelos utilizados con fines ilustrativos. Este recurso y muchos otros están disponibles en usccb.org/racism. Oración tomada de Papa Juan Pablo II, Oración universal, 12 de marzo de 2000, copyright © 2000, Libreria Editrice Vaticana (LEV), Ciudad del Vaticano. Utilizada con permiso. Todos los derechos reservados. Abramos nuestros corazones: Al derecho al voto

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