Catholic Diocese Tucson

CATHOLIC OUTLOOK 15 SEPTEMBER 2019 Racismo y educación: Más que nunca esta la segregación escolar “La pobreza experimentada por muchas… comu- nidades tiene sus raíces en políticas racistas que continúan obstaculizando la capacidad de las personas para encontrar vivienda asequible, trabajo digno, educación adecuada y movilidad social”. – Obispos de los EE.UU ., Abramos nuestros cora- Este es el cuarto artículo de una serie de ocho En la Carta pastoral contra el racismo de noviembre de 2018, Abramos nuestros corazones, los obispos católicos de los Estados Unidos instan a todos los católicos a reconocer “el flagelo del racismo” que todavía existe en nuestros corazones, palabras, acciones e instituciones. El racismo puede ser individual, cuando las personas no reconocen a ciertos grupos como creados a imagen de Dios e iguales en dignidad, o puede ser sistémico, cuando las prácticas o políticas tratan a ciertos grupos de personas injustamente. Un área del racismo sistémico es la falta de acceso de las personas de color a la educación de calidad. Como hijos de Dios, todas las personas tienen el derecho dado por Dios a florecer y desarrollar su potencial, para que puedan llevar vidas dignas y contribuir al bien común. El derecho a la educación es citado en las encíclicas papales desde hace más de un siglo. Desafortunadamente, a millones de personas en los Estados Unidos se les negó ese derecho. Antes de la Emancipación en 1863, enseñar a los negros esclavizados a leer y escribir era ilegal. Después de que terminó la esclavitud, durante el próximo siglo, casi todas las escuelas en los Estados Unidos estuvieron segregadas. Además, las escuelas públicas para las minorías recibían recursos limitados. Hasta la década de 1960, la gran mayoría de estudiantes afroamericanos, nativos americanos y latinos fueron educados en escuelas segregadas y con fondos insuficientes. La mayoría de las universidades tenían pocos estudiantes minoritarios, si es que tenían alguno. Durante el Movimiento por los Derechos Civiles a fines de la década de 1950 y la de 1960, la desegregación escolar fue una cuestión de gran importancia, que causó luchas amargas, a veces violentas . En 1954, la Corte Suprema dictaminó en Brown contra Consejo de Educación de Topeka que todas las escuelas de los Estados Unidos debían integrarse. Lamentablemente, estudios recientes han mostrado que, tras los avances iniciales, las escuelas ahora están tan segregadas como lo estaban antes de la decisión Brown . Hoy en día, en escuelas ubicadas en áreas de elevada pobreza, la mayoría de los estudiantes son afroamericanos, hispanos y latinos. Debido a que las escuelas públicas dependen principalmente de los impuestos locales a la propiedad inmueble para financiarse, las escuelas de áreas con altos valores de vivienda pueden ofrecer más a los estudiantes, a menudo dejando de lado a muchos estudiantes minoritarios. La Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación de los Estados Unidos ha estudiado las brechas críticas de estas estructuras de financiación inequitativas. Los datos recientes de dicha oficina muestran problemas constantes para los estudiantes minoritarios, como acceso limitado al aprendizaje temprano, falta de personal docente calificado, acceso limitado a cursos y programas que lleven a preparación universitaria y profesional y bajas tasas de retención de maestros. Las escuelas en las reservas de nativos americanos enfrentan una serie de barreras adicionales para el éxito de los estudiantes. Sin programas preescolares de calidad, muchos estudiantes minoritarios comienzan la escuela primaria con desventaja . Los maestros sin experiencia y los maestros con oportunidades de desarrollo profesional limitadas tienen el doble de probabilidades de enseñar en escuelas públicas minoritarias. Muchos afroamericanos y latinos asisten a escuelas que no ofrecen clases intensivas de escritura y cursos de matemáticas de nivel superior necesarios para la admisión a la universidad, y estas escuelas no ofrecen consejería adecuada para la universidad y la carrera profesional. Sin recursos, apoyo constante y tutoría, los estudiantes minoritarios abandonan la escuela a tasas mucho más altas que los estudiantes blancos; estadísticas recientes muestran que mientras que el 62 por ciento de los estudiantes blancos obtienen un título universitario en 4 a 6 años, sólo el 38 por ciento de los estudiantes negros, el 45 por ciento de los estudiantes latinos y el 13 de los nativos americanos lo logran. Las escuelas católicas, en cumplimiento de su misión en favor de todos los hijos de Dios, deben esforzarse por aumentar la matrícula de las poblaciones desatendidas, incluidos los estudiantes hispanos/ latinos y afroamericanos, a fin de procurar una oportunidad educativa de alta calidad disponible para todos los estudiantes. Debemos trabajar juntos como personas de fe para mejorar las oportunidades educativas de todos nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Oremos con San Juan Pablo II “Señor Dios, Padre nuestro, tú has creado al ser humano, hombre y mujer, a tu imagen y semejanza y has querido la diversidad de los pueblos en la unidad de la familia humana; sin embargo, a veces, la igualdad de tus hijos no ha sido reconocida, y los cristianos se han hecho culpables de actitudes de marginación y exclusión, permitiendo las discriminaciones a causa de la diversidad de raza o de etnia. Perdónanos y concédenos la gracia de poder curar las heridas todavía presentes en tu comu- nidad a causa del pecado, de modo que todos podamos sentirnos hijos tuyos”. (Oración universal en la Jornada del Perdón) Copyright © 2018, United States Conference of Catholic Bishops. Todos los derechos reservados. Este texto puede reproducirse en su totalidad o en parte sin alteración para uso educativo sin fines de lucro, siempre que dichas reimpre- siones no se vendan e incluyan este aviso. Todas las fotos © iStock Photo. Mode- los utilizados con fines ilustrativos. Este recurso y muchos otros están disponibles en usccb.org/racism. Oración tomada de Papa Juan Pablo II, Oración universal, 12 de marzo de 2000, copyright © 2000, Libreria Editrice Vaticana (LEV), Ciudad del Vaticano. Utilizada con permiso. Todos los derechos reservados.

RkJQdWJsaXNoZXIy MzEwNTM=