Gulf Pine Catholic

4 Gulf Pine Catholic • January 6, 2023 POR EL OBISPO LOUIS F. KIHNEMAN III Obispo de Biloxi [Jesús les dijo:] “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la ley y los profetas dependen de estos dos man- damientos” (Mt 22, 37-40). A menudo los fieles me preguntan: “¿Por dónde empiezo o cómo empiezo a construir una relación per- sonal con Dios?” La respuesta corta es, “¡Oración!” Al entrar en un nuevo año, en lugar de nuestras típicas resoluciones, recomiendo encarecidamente comenzar un nuevo hábito de hacer un examen de con- ciencia diario. Si no tiene la costumbre de hacer un examen de conciencia diario, ¡el Año Nuevo es un momento maravilloso para comenzar! Un examen de conciencia diario es un ejercicio donde en la oración al final del día, invitamos al Espíritu Santo a que nos ayude a reflexionar sobre nuestros pensamientos, palabras y acciones del día para identificar cualquier pecado que hayamos cometido. También le pedimos al Espíritu Santo que nos muestre las áreas en las que debemos estar particularmente en guardia contra la obra de Satanás, ya que continua- mente trata de manipularnos para que quebrantemos los mandamientos, y las áreas en las que el enemigo nos acusa y trata de hacernos sentir desagradables. San Pablo, en su primera carta a los Corintios, escribe: “El amor es paciente, el amor es bondadoso. No es celoso, [el amor] no es pomposo, no es inflado, no es grosero, no busca sus propios intereses, no es irascible, no se preocupa por el daño, no se regocija por el mal. pero se regocija con la verdad. Todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca falla” (1 Cor 13, 4-8). Mientras oramos, nos preguntamos: “¿Hemos amado a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y toda nuestra mente?” y “¿Hemos amado a los demás como nos amamos a nosotros mismos? ¿Nos hemos amado a nosotros mismos? El amor se define como querer el bien del otro. Consciente de esto, ¿cómo influye en nuestras rela- Obispo Kihneman ciones con nuestros cónyuges, nuestros hijos, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, y para los jóvenes, nuestras familias, nuestros maestros y nuestros compañeros de clase? ¿Hemos querido el bien de aquellos que Dios ha puesto en nuestra vida este día? Una vez que hemos considerado estas preguntas y escuchado al Espíritu Santo, ponemos ante Dios nuestros fracasos con el firme propósito de vivir estos dos mandamientos con la ayuda del Espíritu Santo al comenzar el día siguiente. Un amigo mío compartió cómo una vez arremetió contra alguien en las redes sociales debido a las opinio- nes políticas de esa persona. Mi amigo admitió haber escrito algunas cosas terribles sobre la persona que publicó públicamente para que cualquiera las viera. Al final del día, cuando estaba rezando y contemplando su día, recordó cómo había herido a esa persona e inmedi- atamente se arrepintió de sus acciones. Al día siguiente escribió una disculpa pública y pidió el perdón de esa persona. Ni siquiera un minuto después, la persona respondió con tres palabras: todo está perdonado. La respuesta provino de un lugar de amor y sirvió como un poderoso recordatorio para mi amiga de que el amor es paciente y amable, no grosero ni de mal genio. El Papa Francisco llamó al examen de conciencia “una invitación a aprender de las experiencias, de lo que nos sucede, para no seguir repitiendo los mismos errores. Cuanto más nos conocemos, más podemos intuir por dónde entra el espíritu maligno, sus ‘con- traseñas’, la entrada a nuestro corazón, que son los puntos a los que somos más sensibles, para prestarles atención en el futuro. . Cada uno de nosotros tiene sus puntos más sensibles, los puntos más débiles de su per- sonalidad: y por ahí entra el espíritu maligno, y nos lleva por el camino equivocado, o nos aparta del camino verdadero, correcto. Voy y rezo, pero él me desvía de mi oración”. Continuó: “Por eso es tan importante un examen de conciencia diario: antes de terminar el día, deténgase un momento. ¿Qué sucedió? Ni en los periódicos, ni en la vida: ¿qué pasó en mi corazón? ¿Estaba atento mi corazón? ¿Creció? ¿Pasó por todo inconsciente? ¿Qué pasó en mi corazón? Y este examen es importante, es el valioso esfuerzo de releer la experiencia desde un punto de vista particular. Darse cuenta de lo que sucede es importante, es una señal de que la gracia de Dios está obrando en nosotros, ayudándonos a crecer en libertad y conciencia. No estamos solos: el Espíritu Santo está con nosotros. (Audiencia general del Papa Francisco – 30 de noviembre de 2022). Oremos al comenzar este nuevo año para que tenga- mos éxito en hacer un hábito de orar un examen de conciencia al final de cada día. Descubriremos que nos estamos acercando más en nuestra relación personal con Dios a medida que estos dos grandes mandamien- tos están escritos en nuestros corazones, escritos en nuestras almas y escritos en nuestras mentes. Oración: el atajo para una relación personal con Dios Heavenly Father, bless Your Church with an abundance of holy and zealous priests, deacons, brothers and sisters. Give those You have called to the married state and those You have chosen to live as single persons in the world the special graces that their lives require. Form us all in the likeness of Your Son so that in Him, with Him and through Him we may love You more deeply and serve you more faithfully, always and everywhere. With Mary, we ask this through Christ our Lord. Amen. Prayer for Vocations

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