Catholic Diocese Tucson

16 CATHOLIC OUTLOOK MAY 2019 El diácono Justin Terna Agbir nació el 11 julio de 1985 de padres católicos devotos, Linus Iornyagh Agbir y Patricia Mbanyaghen Adema, en Mbama, provincia de Benue, Nigeria. Su familia se dedicaba a la agricultura en Vandeikya. Agbir se formó en escuelas de la comunidad, como la Escuela Secundaria San Pedro, donde se graduó en 2005. Ese año, asistió a un retiro vocacional de la sociedad Via Christi. En el ensayo autobiográfico que presentó con su solicitud de admisión al seminario en 2013, el diácono Agbir escribió sobre sus padres: “Se esmeraron siempre, asistidos por Dios para que nosotros, sus hijos, creciéramos con el temor a Dios y con conocimiento de los valores de la sociedad”. “Nunca dejan de rezar por nuestro éxito; realmente mi familia es un gran don divino para mí”, escribió. Su familia es miembro del pueblo Tiv, un grupo etnolingüístico del África Occidental. Él recuerda que su madre le leía pasajes de la Biblia escritos en el lenguaje Tiv “y eso me atraía tanto que yo no me apartaba de su lado mientras ella estuviera leyendo”. Eso le servía también para dominar el dialecto, y por el esmero que ponía en aprender le llamaban “Filósofo Tiv” o “Profesor”. Recibió apoyo económico de su familia y de las hermanas misioneras. Desde su niñez pensaba en ser sacerdote, y fue miembro de un grupo juvenil de estudio llamado Movimiento Bíblico Católico. “La atracción llegaba a tal punto que un día hasta me confeccioné una especie de casulla con ropa vieja de mi madre, y cuando me quedaba en casa con mi hermano disponía la mesa e imitaba a los sacerdotes”. Agbir asistía a Misa con asiduidad en compañía de su familia, y sus prácticas espirituales hoy incluyen la oración en silencio, la Liturgia de las horas y el rosario. En 2015 fue aceptado en el Seminario Mundelein, en Illinois, y fue ordenado diácono el 9 de junio de 2018 en la Catedral de San Agustín. Será ordenado sacerdote para la sociedad Via Christi con servicio a la Diócesis de Tucson el 8 de junio en la Catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Makurdi, por el obispo Wilfred Chikpa Anagbe. El diácono Jesús Haros-Mendez nació en Nogales, Sonora, México, el 3 de mayo de 1989. Es el séptimo hijo de una familia devota formada por Celso Haros y Ángela Mendez. Su padre era ferroviario. Jesús estudió en las escuelas públicas, y de niño jugaba a celebrar Misa. En la escuela secundaria descubrió el amor a la ciencia, especialmente la química, y como otros jovencitos de su edad salía. En la preparatoria, ganó un concurso local de ciencia y luego se colocó en tercer lugar en la competencia estatal. También le interesaba la música, tocaba la batería y aprendió solo a tocar la guitarra. En la preparatoria se hizo amigo del padre Viliulfo Valderrama y el padre Abraham Guerrero, que en ese entonces estaban asignados a la Parroquia de San Felipe de Jesús en Nogales, Arizona. “Ellos me guiaron y me recomendaron que asistiera a reuniones del grupo juvenil Arcoiris”, escribió en su ensayo autobiográfico para el seminario. Haros asistía periódicamente a Arcoiris y se mantuvo en contacto con los sacerdotes durante su último semestre de preparatoria. “Me ayudaron muchísimo”, escribió. Después de graduarse de la preparatoria en 2007, asistió a un retiro de discernimiento de la Diócesis de Hermosillo, México. Luego lo invitaron al seminario y él aceptó. Un año después, no obstante, sintió el llamado de una comunidad monástica y se trasladó al Monasterio Bethlehem, en Livingston Manor, NY, tras una invitación de una tía que vivía allí. “Durante mi estancia en el monasterio me conocí mucho a mí mismo. Me encantaban las horas de oración, los momentos de meditación ante la Sagrada Eucaristía, y ahondar en mis conocimientos de Dios”, escribió. “Con esto, sentí que estaba recibiendo muchos dones de Dios pero no estaba dando nada; y entonces volví a pensar en la posibilidad de ser sacerdote diocesano para predicar a los demás el amor de Dios y el verdadero significado de la vida humana”. Regresó al seminario de Hermosillo en noviembre de 2008. Como el ciclo ya estaba bastante adelantado, no podían volver a admitirlo hasta el siguiente mes de septiembre. Ese verano, mientras cabalgaba con unos amigos, se quebró la pelvis. En enero de 2010 se enteró de que su madre se había enfermado súbitamente y había fallecido. “Sentí un dolor intenso en mi corazón al oír la noticia”, escribió. Después del funeral, volvió a clases y terminó sus estudios. En 2012 continuó su formación en la Universidad Pontificia de México, en la ciudad de México. Al año siguiente, reconoció su interés en servir en la Diócesis de Tucson. Habló con el padre Bardo Antúnez, por entonces párroco de San Felipe, en Nogales, quien lo conectó con el padre Jorge Farías Saucedo, director de vocaciones a cargo de reclutamiento. Durante el verano de 2014, tuvo dos empleos de tiempo parcial: enseñando metafísica en el seminario y trabajando en un McDonald’s. En septiembre de 2014 lo aceptaron en el programa diocesano y se inscribió en cursos de inglés en Pima Community College. Al año siguiente fue admitido en el Seminario Mundelein, en Illinois, y el 9 de junio de 2018 fue ordenado diácono en la Catedral de San Agustín. Será ordenado sacerdote para la Diócesis de Tucson el 1 de junio a las 10 a.m. en la Catedral de San Agustín, por el obispo Edward J. Weisenburger. Diáconos Agbir y Haros-Mendez se ordenan en junio para la Diócesis Deck: Desde un principio, estos hombres oyeron el llamado de Dios DIACONO JUSTIN AGBIR DIACONO JESUS HAROS-MENDEZ

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